STROM – Martin Kohlstedt

Un episodio convulso y agitado es el que vive buena parte del mundo y en dónde mi personal voz se manifiesta para defenderse de esta generalizada ceguera en dónde como individuos apenas figuramos como un manso rebaño asustado; apanicado y aterrorizado no por la superficie de un “virus” omnipresente, sino por un mundo contemporáneo en el que hemos perdido brújula y sentido.

Sirva este preludio para vaticinar mi selección personal de un peculiar álbum que data del 2017 y que constituye en lo personal una ópera prima que exuda belleza de distintas formas. Hablo del álbum Strom de Martin Kohlstedt, donde el músico alemán ha decidido verter su muy particular forma de entender la música y su entorno a través de un simbiótico espacio de encuentro entre su faceta de pianista clásico y un motor interno que devora y entiende el rol de los sintetizadores y los elementos electrónicos a la perfección.

La música de Kohlstedt se ensambla, se teje a partir de pequeñas unidades coherentes en repeticiones y patrones melódicos y rítmicos, en clara asociación con el serialismo de inicios del siglo XX, sin embargo está impregnado con una suerte de siseo conceptual que transita por una amplísima gama de colores emocionales. Este viaje de lo íntimo a lo grandilocuente, de un pequeño detalle a lo grandioso, le confiere a estas 9 piezas del álbum un carácter propio que apela como un espejo amplio y curvo a establecer diferentes diálogos con los escuchas. Existe en él una organicidad que invita obligadamente a ver nuestro panorama interior, a rescatar lo bello y sublime de nuestra vida.

Música que nos requiere paciencia y espacio, pero también una ralentización para poder apreciar como las partículas de ruidos y sonidos se absorben en la vena esencial de este manifiesto musical y sonoro. Un ambiente de caricias variopintas, algunas tersas, algunas otras livianas y casi no manifiestas, algunas otras con pequeños acentos de punción, pero todo ello en un enclave exquisito para recordarnos lo que somos y lo que puede transcender una vez que la “veda de vida” termine.